El 13 de febrero será Miércoles de Ceniza, puerta a la Cuaresma de este año; tiempo de preparación, inicio del camino a la Pasión y la Vida. Pero Cuaresma es, sobre todo, tiempo de conversión. "Convertíos y creed en el Evangelio" es la frase repetida como punto de partida a este tiempo litúrgico.
Al comenzar a preparar este calendario no podemos dejar de pensar en tantos y tantos hermanos que sufren la pérdida de empleo y, en consecuencia, la incapacidad para hacer frente a las más elementales necesidades. A ellos, a los que pasan penalidades, irá dirigido cada pensamiento, cada deseo de mejorar, cada esperanza y cada oración.
La fe une a los creyentes, y en este proclamado Año de la Fe, debemos hacer de ella nuestra insignia. Nuestra fe sola no cambiará la situación socioeconómica, pero nos moverá a la esperanza y nos impedirá caer en el pesimismo y la apatía. Transmitamos una esperanza contagiosa en medio del sufrimiento.
¿Y el calendario, de qué va esta vez? Pues en un año consagrado a la Fe hemos deseado dedicárselo a aquellos que hacen de la Fe el motor que los lleva a darlo todo por los demás: los misioneros. Durante 40 días caminaremos por las obras misionales, conoceremos testimonios y comprenderemos que todos somos misioneros en nuestro entorno.
En unos días comenzamos...
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